Nueva York ha sufrido bastante con la cruzada del alcalde actual en contra del grafitti. Por ejemplo, hace poco se propuso una ley para hacer la venta de marcadores y pintura en aerosol ilegal para los menores de edad (no recuerdo si 18 o 21) ante lo cual, miles de estudiantes de arte pusieron el grito en el cielo. La brillante respuesta de la administración de la ciudad: si son menores de edad (y estudiantes de arte), pídanle a alguien mayor que compre los implementos por usted. Semejante joya debe entrar a los anaqueles de la historia política de la unión americana.

En su momento, Mark Ecko le plantó (y ganó) la guerra contra el alcalde Bloomberg, cuando este pretendió prohibirle realizar su "bloc party" con motivo del lanzamiento de un videojuego dedicado al grafitti. Ahora vuelve a ganar una demanda en contra del intento de la ciudad de Nueva York.

Desde Bloomberg, hay que caminar con mayor cuidado por la ciudad, prestar atención a cada recodo por una simple razón: Nueva York como meca tradicional del arte callejero, atrae a miles de artistas cuyo sueño es simplemente haber estampado en vida algún día su firma en las calles de esta mítica ciudad. Con esto, regreso al mismo punto del caballo Rucio Moro: ¿cuanto hará falta para que el grafitti newyorkino sea declarado folclore de la ciudad por los estudiosos?

Presten atención, el tipo llegó de bien lejos solo para hacer parte de la mounstrosa historia del arte callejero de NYC. Deuce Seven + + .... y claro, solo en caso de emergencia +


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