Realmente no existe una manera políticamente correcta de abordar el tema del grafitti, si bien es un arte, hay veces en que raya en el vandalismo. Parte de lo interesante de esto es hacer cosas ilegales, pero también lo que mas llama la atención es como el conjunto de lugar-forma-tema pueden llegar a enviar un mensaje especifico. El grafitti nunca podrá convivir con la sociedad como algunos políticos creen, pero que la meca del grafitti comience una guerra declarada contra quienes practican tales cosas es cosa de agarrar palco.

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