24.10.05

Al contrario.

Entonces mientras me mudo sigo la retalía anti bloggers mimados y pro bloggin innovador.Es que el asunto de los amantes de los estándares me tiene de lo mas disgustado. Una vez temerarios, unos cuantos se atrevieron a plantarse ante los medios tradicionales para ofrecer la versión alternativa, morbo-inyectada, ironizada de la realidad digital. Ahora resulta que se reunen en flamantes directorios cerrados y crean sus propias mafias de la disidencia virtual. Les parece que el weblog es una formula establecida y que sus innovaciones simplemente hacen referencia a plugins o la web 2.0. Pero olvidan que el mundo va mas allá de lo digital, de lo interconectado.

Yo erradamente tenía la leve percepción de que el weblog podía llegar a revolucionar los términos lingusiticos y las formas de construcción de nuestra realidad. He cometido un grave error. Antes de perdernos en la traducción nos hemos perdido en el hiperenlace. Se predican uniformidad donde uno pensaba que se estimulaba la diversidad y la exploración de los límites de nuestra capacidad de contrainformar.

Ingresar al mercado de la red nos llevaría peligrosamente al agotamiento de la fórmula. Preocupan las estadísticas, preocupan las retaliaciones económicas, preocupan las verguenzas que pueda sufrir un post en otro mas popular que decida por aburrimiento aplastarte.

¿Arrojo? ¿Valentía?

Es muy cómodo después de hacer parte de los pioneros, asumir la posición de señalador wanna-be gurú que reclama burocracia. ¿Que no se usa ya el enlace? ¿Como enlazo yo al vagabundo que solo de vez en cuando me viene a contar historias a cambio de empanadas y café con leche frío?. ¿Podcast? ¿Webcam? ¿Set en flickr?. Perdimos la capacidad de expresarnos con simples palabras, caímos bajo la dictadura de los sentidos. El afán de volver todo tangible, enlazable, experimentable a primera mano, nos ha consumido.

Entonces:

Papel y lapiz, tres cuadras a pie, una esquina a la sombra; escriba, reescriba, borre, tache, reescriba, converse, pregunte, encienda otro cigarrillo comprado al menudeo; regrese y deje al sillicon valley en paz.


Al absurdo nuevo mercado de gurús.


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