9.11.05

París en llamas.

"En realidad estaba preocupado porque los disturbios siempre comenzaban con la puesta de sol. A la salida del Centro Comercial ya había dos furgones de la policía esperando. Me senté a tomar cerveza en frente de la policía, en un paradero de bus donde había dos señoras, una magrebí y la otra de raza negra. Luego llegó un joven negro que escuchaba música en un walk-man, completamente ajeno al mundo exterior, y más tarde un anciano negro que fumaba y tosía alternativamente. El me preguntó por la ruta del bus, y yo le pedí a los otros información para el anciano. El utilizaba una media como pañuelo. Continuamos hablando, pero él empleaba palabras que yo no entendía, que pertenecían al código lingüístico de la cité."


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