Fe de erratas: en el anterior post señalé a Norman Mailer como autor del libro “nuevo periodismo” cuando en realidad es Tom Wolf quien lo escribió, Norman Mailer aparece en este libro en su apéndice de artículos característico del nuevo periodismo. Mis disculpas a los posibles agraviados.
Las primeras décadas del siglo XX crearon, como ya sabemos a las vacas gordas del periodismo escrito, la superación consistía en ganarse cierto respeto y luego retirarse para escribir novelas. Cosa esta que nunca fue bien recibida en los aún mas elitescos círculos literarios, que consideraban a los periodistas simples mercaderes de palabras.
Entonces se revolucionó todo, el mundo se expandía rápidamente, ahora interesaba lo que sucedía al otro lado de planeta, mucho rock and roll, balas que iban y venían y la contracultura empezaba a contestar descontenta con el sistema imperante. Era apenas lógico los 60 arrancaron de tajo con artículos que describían con situaciones fotográficas hechos para muchos editores escandalosos. Se tomaron las formas de la narración literaria para contar no-ficción, saltos de tiempo, diálogos en primera persona, cambios bruscos de punto de vista y pare de contar. Post modernidad por delante para el periodismo diría yo.
La revolución había transformado el fondo y la forma de una manera muy brusca y como es obvio los genios establecidos no dudaron en menospreciar a los nuevos periodistas.
Uno sensatamente no los debería culpar, hoy en día el blogginn´ periodístico (para diferenciarlo bien de las bitácoras que se ocupan de otros asuntos) hace mas o menos lo mismo. Llámelo como usted quiera, periodismo cívico, informal, alternativo, etc. Hemos tomado un medio para transmitir un mensaje bastante distinto al antiguo discurso periodístico. Según le explicaba a una amiga las razones que me llevaron a considerar la remodelación de este blog, en forma y fondo, lo que intentaba ahora era invertir el proceso que se aplica a los medios informativos o de comunicación, si, ese trilladito esquema de emisor receptor con sus respectivos parapetos: ruido, canal, mensaje, código, etc.
En términos sencillos era lograr que al público le interese mi opinión no por lo novedoso del asunto sino por el peso que esta pueda tener. A la basura con todo lo que nos enseñan de jerarquización, interés, proximidad y no decir mas. No se trata de escribir la biblia del “how to” del bloggin periodístico, hablamos de aprovechar la ausencia total de burocracia y censura. No llegaremos a ser CNN o “escriba aquí el nombre de su diario todopoderoso de cabecera” sino de ganarse un sitio, una función y una importancia especifica en las misteriosas artes de la información y la opinión.
Lo dicho, en mi opinión.
Las primeras décadas del siglo XX crearon, como ya sabemos a las vacas gordas del periodismo escrito, la superación consistía en ganarse cierto respeto y luego retirarse para escribir novelas. Cosa esta que nunca fue bien recibida en los aún mas elitescos círculos literarios, que consideraban a los periodistas simples mercaderes de palabras.
Entonces se revolucionó todo, el mundo se expandía rápidamente, ahora interesaba lo que sucedía al otro lado de planeta, mucho rock and roll, balas que iban y venían y la contracultura empezaba a contestar descontenta con el sistema imperante. Era apenas lógico los 60 arrancaron de tajo con artículos que describían con situaciones fotográficas hechos para muchos editores escandalosos. Se tomaron las formas de la narración literaria para contar no-ficción, saltos de tiempo, diálogos en primera persona, cambios bruscos de punto de vista y pare de contar. Post modernidad por delante para el periodismo diría yo.
La revolución había transformado el fondo y la forma de una manera muy brusca y como es obvio los genios establecidos no dudaron en menospreciar a los nuevos periodistas.
Uno sensatamente no los debería culpar, hoy en día el blogginn´ periodístico (para diferenciarlo bien de las bitácoras que se ocupan de otros asuntos) hace mas o menos lo mismo. Llámelo como usted quiera, periodismo cívico, informal, alternativo, etc. Hemos tomado un medio para transmitir un mensaje bastante distinto al antiguo discurso periodístico. Según le explicaba a una amiga las razones que me llevaron a considerar la remodelación de este blog, en forma y fondo, lo que intentaba ahora era invertir el proceso que se aplica a los medios informativos o de comunicación, si, ese trilladito esquema de emisor receptor con sus respectivos parapetos: ruido, canal, mensaje, código, etc.
En términos sencillos era lograr que al público le interese mi opinión no por lo novedoso del asunto sino por el peso que esta pueda tener. A la basura con todo lo que nos enseñan de jerarquización, interés, proximidad y no decir mas. No se trata de escribir la biblia del “how to” del bloggin periodístico, hablamos de aprovechar la ausencia total de burocracia y censura. No llegaremos a ser CNN o “escriba aquí el nombre de su diario todopoderoso de cabecera” sino de ganarse un sitio, una función y una importancia especifica en las misteriosas artes de la información y la opinión.
Lo dicho, en mi opinión.
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