Aquí desde mi escritorio, en una ciudad bastante extraña que va a medio paso entre el desarrollo y la ignoracia, uno empieza poco a poco a sentir ese tufillo asqueroso que despiden los defensores de los derechos de autor como manera de ganar dinero a costa de los creadores. Vea usted que la cosa se agrava cuando a los argentinos ya los empiezan a demandar por COMPARTIR música en la red. Vea mas
Ahora yo, fiel a mi tradición piromaniaca, digo que si sobrevivieran a nuestros días las quemas públicas, no me molestaria tal espectáculo.
Cuando llegue a la puerta la citación... ¿Qué estamos dispuestos a hacer?
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