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Si nuestro muerto se despertara, digamos, cada dos meses y comenzara a lanzar rasguños, maldiciones, gritos y patadas, caben muy pocas opciones de que sea oído por una multitud que se apremiase a desenterrarlo, cambiarlo de ropas, ataviarlo con unas lujosas y mejores, darle de comer, beber y coger... para luego ser llevado en hombros por la vía pública para entregarle las llaves de la ciudad.
En cambio, cada dos meses resucitará por un par de minutos feliz de volver a la vida, respirar un poco de aire plagado de Co2, se contará los dientes que quedan en su boca, contará los dedos que no se han desprendido y si tiene suerte olerá las flores que algún despistado dejó por equivocación (de los sepultureros, porque no trajo las gafas de leer, por la borrachera) dos metros arriba de su podrida nariz. Lanzará un suspiro desganado y volverá a la negra penumbra de la muerte, satisfecho de que el día que se pegó un tiro en la jeta, pensó firmemente: "me voy jueputa, para no volver nunca mas, adiós mundo desagradecido" no estaba equivocado y ahora mucho menos arrepentido.
Dead Blog makes no Feeds.
Amigos fantasmas visitantes, hagan sus analogías, este weblog poco tiene de log.
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