Hoy ha sido un día particularmente cargado de fútbol, champions league europea toda la tarde y copa libertadores de américa por la noche. Lo que interesa es que la juve perdió por falta de ideas y al américa le costó montones y me hizo sufrir mas de la cuenta contra el medellín, viento en popa vamos con 6 puntos y cuatro partidos de invicto.

Discutiendo alrededor de unos tragos, contábamos entre amigos que no existe esa cosa llamada periodismo deportivo y viéndolo desde un punto de vista un poco mas amplio (y mas sobrio) acuñar el término "periodismo" al fútbol resulta absurdo. Salvado queda el caso del periodismo deportivo, pues en deportes como el ajedrez, difícil es apasionarse como lo hacen los señores comentaristas del fútbol.

Ya lo decía el viejo refrán, "mas emocionante que partido de ajedrez por radio". Sin desmerecer el estudio que requiere el dominio del deporte ciencia, aquí el asunto que nos atañe es el futbolístico.

Que alguien me diga que puede hablar de fútbol de manera estrictamente informativa y le regalo a vuelta de correo la piedra filosofal que acabo de fabricar en mi horno microondas. La cuestión, estimado lector es que el juego no está diseñado para tal cosa, a menos claro está que usted logre financiar su carrera de periodista en torno al seguimiento del rendimiento de los árbitros.

Dos mitades de cancha claramente marcadas con una línea central no podrían ser mejor ejemplo, aunque el caso de las divisiones se podría argumentar en favor de otros deportes, no podemos negar que la pasión colectiva que genera el fútbol no es cosa que se pueda igualar con ligereza.

Eterna es la discusión de la objetividad en cualquier campo del periodismo, para muchos se debe informar con cabalidad lo que sucede. Vea usted un partido de fútbol, suceden muchas cosas la tiempo, lo que pasa por la cabeza del técnico fulano o lo que debería hacer el profesor sultano. Para informar como es debido acontecimientos de esta naturaleza hace falta una capacidad sobrehumana, esto es: no pensar, conectar los ojos a la boca y hablar sin misericordia descriptiva.

No puedo imaginar yo, un escenario tan aburrido. Que sería de mis almuerzos sin un programa radial que me estropeara la comida con aberrantes comentarios acerca de la identidad de un equipo.

El comentarista de asuntos futbolísticos se debe a su pueblo de la misma manera como lo hace un equipo entero, Es una guerra territorial, se defienden colores y banderas, ya sea desde el campo o desde la cabina, por simpatía o consanguinidad. Si uno presta atención a muchas transmisiones de partidos de fútbol, a veces pasan largos ratos sin que sepamos quien es el extranjero de camisa distinta que nos quitó el balón y mucho peor sin saber de donde vino.

Usted amigo lector, deberá decir que argumentar tal cosa puede parecer un tanto excesivo o mas apasionado de lo debido, pero no podemos ocultar la verdad. Nuestra afición por el fútbol no nos lo permite en ninguna medida, debemos defender la veracidad a toda costa, por el bien del juego.

Con el advenimiento de la señal de televisión por cable, yo (joven e ingenuo al fin) alguna vez pensé que los canales internacionales me brindarían un poco de el buen periodismo deportivo que hacía tanto tiempo yo demandaba. Mas equivocado no pude estar. Solo durante la corta duración del desaparecido PSN, pude alguna vez disfrutar de partidos con cierto equilibrio. PSN, en la copa libertadores usaban dos comentaristas, uno de cada país y así dejaban a casi todo el mundo contento. Mas tarde Fox Sports se adueñó de todo y condenó al continente a inundarse de deporte mexicano o argentino sin mas opción a queja.

Casos vergonzosos que apoyan mi tesis no faltan, Edgar Perea en Colombia ve fantasmas confabulaciones contra los jugadores costeños en cualquier comentario, a Fernando Niembro siempre le ha parecido muchísimo mas importante hablar de los jugadores argentinos que militan en este "equipito" desconocido que le tocó ver hoy, el señor Ruben Espejel jura que gracias a él al fin conoceremos los resultados del torneo de acenso que tanto hemos buscado por la red.

A mi que no me digan mentiras, pero de equilibrio e información poco han demostrado saber estos señores. Yo preferiré escuchar al borracho de al lado que poco oculta su afición, sinceridad y cuentas claras conservan amistades.

Lo dicho... en mi opinión.

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